Que la vida es balance. Que la felicidad, equilibrio.
Para mí la vida es todo lo contrario: es desequilibrio; quitar el molde de lo obvio, de lo que se espera de nosotros.
El desequilibrio nos lleva por nuevos derroteros, al margen de los márgenes.
Por lo tanto, aquí y ahora, me declaro un desequilibrado muy bien sostenido.
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